POR JUAN IGNACIO ZINGONI / SENDERO ELEGANTE
Esta no es una nota sobre sexo, bebés o una guía espiritual. Es acerca de un proyecto, una forma de charlar, un podcast ¿Qué es un podcast? es un formato de sonido, como si fuera un programa de radio, pero que no se transmite en vivo: se planifica al detalle, se edita, hay posproducción y luego se publica. Conversamos con Esteban Menis, director de cine, actor; protagonizó la serie “Eléctrica” del canal de la Universidad 3 de Febrero (UN3TV), entre otras cosas, y es el cocinero de este proyecto sonoro que pueden escuchar a través de Spotify o en la plataforma de Posta.
—¿Cómo surge la idea de hacer tu podcast Humanos?
—Por un lado, siempre me gustó escuchar. Y no hablo solo de entrevistas, porque eso lo contextualiza en algo determinado y repetitivo, escuchar en sí es lo que me gusta. Por el otro lado, vengo hace mucho tiempo trabajando en formato digital y, por eso, es que, de a poco, desarrollé un plan «maquiavélico» para tratar de hacer menos cosas en internet o, por lo menos, no pasar tanto tiempo en internet. Acababa de hacer la historia de Somos Novios (Spotify) con Flor Halfon en formato podcast y hablé con Luciano Banchero (periodista) que está con su proyecto de podcasts llamado Posta y le conté que a mí me gustaba escribir y que, además, tenía ganas de contar crónicas de distintas personas en algún diario y que esa crónica incluyera cierto contenido en video y sea multiplataforma. Me gustan esas notas largas, donde pasan dos o tres días con la persona, y transmitir distintos momentos. Hablé entonces con un medio que me gusta, que se llama Redaccionar, y como eso tardó un tiempo en definirse, y soy medio ansioso dije: «fue, si no lo hago en formato podcast, contacto a ocho personas; y es lo que estoy haciendo, y me gusta».
—¿Cómo te preparaste para las entrevistas?
—Investigué, charlé con periodistas que conocían a la persona y traté —porque lo detesto— de no caer en la repetición, en el lugar seguro y común.
—¿Qué tienen en común aquellos que participan de Humanos?
—Son personas que me generan mucha curiosidad y quiero saber quiénes son. Ni siquiera me tiene que gustar cómo piensan, no me importa eso de la grieta; esa persona me tiene que generar curiosidad genuina: ¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Por qué tiene esos objetivos? Y también conocerlo en otros aspectos, siempre me interesó saber quién es la persona más allá de qué es lo que hace particularmente. Cuando conozco a un entrevistado, tal vez, hago preguntas un poco más extrañas que: «¿Che, vas a sacar un disco nuevo?», sino hacer preguntas como «che, ¿vos tenés hermanos? ¿Sos el mayor? ahhh, yo soy el mayor ¿y tus papás están separados o juntos?» y así es como siempre me miran como a un extraterreste. Porque son preguntas que parecen raras, pero que, finalmente, también constituyen a la persona. Por supuesto, también debe ser alguien que, a mí parecer, pueda estar abierta a que se dé una conversación, pero bueno, eso también puede fallar.
— ¿Alguna vez ha fallado? ¿Te ha costado conversar?
—Sí, alguna vez me ha costado más que otras poder llegar a conversar. Pero te puede pasar y está bien, es como cuando quise ver Roma, tres veces intenté verla y ¡no pude! Yo estudié cine, me gustan Kubrick, Fellini, pero la verdad es que la dejé y no tiene nada de malo. Entonces si, a priori, vos querés entrevistar a Roma porque te da curiosidad y después Roma empieza a hablar y al rato no sabes qué hacer porque no avanza y tenés esa duda de no saber hasta dónde podés extender la entrevista. Puede fallar. El otro día leí un perfil de Pochettino y el tipo decía: «se supone que, porque yo ocupo un lugar de mayor visibilidad, tengo más para hablar sobre algo y la verdad no tengo más para decir». Entonces, no le podés pedir a la otra persona que sea algo que no es; si vas al kiosko y pedís un caramelo, no le podés pedir al caramelo que sea chocolate, su función es ser caramelo. Hay que ser respetuoso con quién es el otro.
—¿Tenés algún programa que te guste?
—Había un programa en Canal 7 llamado El Lado B conducido por el cronista Fabián Polosecki, quien se encontraba con putas, linyeras, y que era muy auténtico. Eso es realmente difícil de lograr y sería una bendición poder hacer algo así.
—¿Qué valores rescatas de tu forma de producir contenidos?
—Voy a charlar y a aprender. Uno tiene que aprender a escuchar, respetar los silencios y no tenerles miedo. Pero también los podcast son un cúmulo de obsesiones personales, siempre vuelvo a hablar de la adicción de usar el teléfono y de ir al psiquiatra o a la psicóloga. Ese es un poco el truco. Muriel Santa Ana y Valentín (Wos) me dijeron que en las entrevistas se sintieron como en el sillón de su casa. Pero no es un truco maligno y planeado como para que se relajen, simplemente es mostrar que uno también está dispuesto en abrirse. Con respecto a las virtudes, no lo sé, trato de caretearla lo menos posible y ser auténtico en lo que a mí más me gusta.
—¿Cuales considerarías tus defectos?
—Todos. Muchos los tenemos me parece, pero hay que pelear contra ellos, luchar contra el ego o que te importe lo que piense el otro sobre lo que vos hacés. Uno tiene que ir haciendo las cosas y aprender sobre la marcha. No te puede querer todo el mundo y esto es algo cíclico que se repite una y otra vez. Es decir, toda la vida siempre quise que me quisieran todos y hacer reír al resto porque encontraba placer en el acto de reír. No ser el bufón, porque eso es otra cosa. Con el humor uno puede decir muchas cosas: la comedia es una herramienta para filtrar un mundo muy complejo. Me gusta normalizar lo anormal, que no haya un patrón de conducta. Yo soy un caballo en ese sentido, que sigue sin mirar a los costados; no necesito que nadie venga a decirme que esto es una mierda o no lo es, yo quiero estar tranquilo con lo que yo hago. A veces,no me sale bien lo que quiero y me torturo y voy a terapia, y me pregunto por qué, como si fuese un científico o Bielsa tratando de revisar setenta veces la jugada y poder bajar al papel qué es lo que falló. Soy un enfermo por comprender los procesos y entender qué no me gustó, en qué me equivoqué, dónde, cuándo. Parte del laburo es el autoaprendizaje constante.
—¿Algún entrevistado soñado para llevar a Humanos?
—Tengo varios. La primera temporada, que fueron ocho entrevistados, ya terminó porque quería parar un poco, reorganizarme y ser prolijo en eso. Me gustaría hacer una segunda temporada, pensé en muchas personas; aunque alguien que siempre quise que viniera, pero nunca pude combinar porque está muy ocupada es a la actriz Verónica Llinás, la admiro mucho y ojalá que podamos hacerla.
—¿Qué te aportó Luciano Banchero para la producción de Humanos?
—Luciano me aporta calma, porque yo soy muy ansioso y él me dio mucha libertad en cuanto a quién invitar al podcast; por otro lado, me hace compañía porque trabajo muchas horas solo y es lindo poder vincularnos, charlar y pensar. Me gusta la gente que moldea los productos y Luciano ha criado a Posta como si fuera su hijo. Me aportó entonces el nombre de Posta, los estudios, la comodidad y fue una experiencia muy buena.
POR JUAN IGNACIO ZINGONI / SENDERO ELEGANTE