NOTA: JUAN BARREIRO
El éxito de la delegación argentina en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, donde quedó sexta y obtuvo 101 medallas (32 oros, 35 plata y 34 bronce) —la mejor performance de nuestra historia deportiva fuera del país— fue el resultado de un proceso estructural realizado hace diez años con la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), un soporte importante para los atletas argentinos: le da un salto de calidad al deporte nacional, específicamente al mundo amateur.
¿Por qué la aparición del ENARD fue tan revolucionario para nuestro deporte? El impacto fue muy significativo para la mejora de la actividad deportiva en la Argentina, lo que se demuestra en el crecimiento de los atletas en cada competición internacional: el incremento en la cantidad de medallas panamericanas doradas y totales, en la cantidad de diplomas olímpicos o en la cantidad de clasificados a unos Juegos Olímpicos.
A fines del 2009, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, el Senado aprobó su creación con el objetivo de recaudar un fondo especial para el desarrollo del deporte nacional. La función principal del fondo era administrar los recursos económicos y de infraestructura necesarios para el deporte de alto rendimiento y la representación internacional deportiva.
Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino, fue el principal impulsor, junto con el exsecretario de Deporte de la Nación Claudio Morresi. Werthein, de buena relación con el kirchnerismo y también con Mauricio Macri, promovió la creación del Ente con el aporte del 1% del abono que las empresas de telefonía celular cobran por los servicios de telecomunicaciones. En 2017, peligró la continuidad del ENARD por las Reformas Tributarias impulsadas por el actual Gobierno Nacional. No obstante, el Presidente Mauricio Macri garantizó su continuidad —de hecho, actualmente funciona—: dejó de recibir el 1% de la facturación de la telefonía y se reemplazó por una suma fija ajustada por un índice de crecimiento presupuestario; en plena etapa de ajuste y con la alta inflación, se generaron recortes significativos de ingresos, junto con el atraso de becas: para 2019 la cifra destinada al alto rendimiento será de 490,8 millones de pesos, mientras que en 2018 lo ejecutado fue de 676 millones.
Horacio Anselmi, analista técnico metodológico del ENARD, habló de la importancia de conformar gente capacitada dentro del ambiente deportivo y de la dificultad generada por los cambios de gobierno: “Mi visión hacia la actividad deportiva es algo apocalíptica, pero es opacada por los buenos resultados de los atletas.Yo tuve una trayectoria de 30 años en Boca y a Macri lo conozco bien. En Argentina, la gente del deporte nos conocemos todos y sabemos perfectamente que tenemos los recursos humanos y la capacidad como para darle un orden al deporte argentino; desgraciadamente, a nosotros nos cambian constantemente el sujeto político que está al frente y nunca tenemos demasiado tiempo como para poder cultivarlo y enseñarle de qué se trata esto del deporte, que necesita especialistas y no excede cualquiera”.
Cristina Fernández en la oficialización de la creación del ENARD.
Tie-Break
En el tenis también hubo lucha política. La grieta apareció en forma de escándalo en 2008 durante la organización de la final de la Copa Davis entre Argentina y España. El oficialismo nacional de aquellos años no quería que el evento se organizara en la Ciudad de Buenos Aires (iba a realizarse en el Luna Park), bajo el control de Mauricio Macri como jefe de Gobierno; entonces la serie se disputó en el Polideportivo de Mar del Plata, bajo la tutela de Daniel Scioli, respaldado por Cristina Kirchner. Argentina perdió la final y la batalla excedió lo político: Juan Martín del Potro y David Nalbandian también se pelearon.
“Futbol para todes”
En 2009, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el Gobierno Nacional firmaron un acuerdo para que los partidos de Primera División se emitieran por canales de televisión abierta de alcance nacional. “Nos secuestraron los goles, como antes hacían con las personas. No es posible que secuestren los goles hasta el domingo, como antes secuestraron y desaparecieron a 30 mil argentinos”, dijo la expresidenta Cristina Fernández en un acto en el predio de Ezeiza con la presencia del entonces titular de la AFA Julio Humberto Grondona y de Diego Maradona.
Tras ese acuerdo, se rompió el contrato de la AFA con Torneos y Competencias —del Grupo Clarín— e incrementó los ingresos de los clubes de fútbol, quienes pasaron de cobrar $268 millones a $600 millones por año,más del doble. Este programa gubernamental generó innumerables polémicas a lo largo de los años y agrietó más a la política. Los sectores opositores al Gobierno argumentaban que “Futbol para Todos” fue utilizado como vehículo propagandístico de manera excesiva. Los diputados del PRO Federico Pinedo y Paula Bertol afirmaron que “la finalidad de su difusión no es pública, sino partidista”, mientras que el Grupo Clarín y el diario La Nación acusaron al kirchnerismo de haber gastado más de 4000 millones de pesos en el programa, cuando se podría destinar ese dinero a otros gastos públicos más importantes. Ante las críticas el coordinador general del programa, Pablo Paladino, corrigió las cifras y afirmó que la producción en esos tres años no llegaba a los 250 millones de pesos. Ya en 2013, el Gobierno decidía cambiar los horarios de los partidos para competir y bajar el rating de Periodismo para todos, el programa de Jorge Lanata, que en aquel momento generaba grandes repercusiones por sus críticas al oficialismo. Asimismo, el programa “6-7-8” se transmitía al concluir los partidos para subirse a la audiencia que le dejaba el fútbol.
Además, en 2011, el kirchnerismo determinó que los eventos deportivos de interés general sean transmitidos gratuitamente por televisión abierta, es decir el Estado obligaba a las empresas que gozaban de los derechos de exclusividad a venderles a los canales de aire los derechos para transmitir esos eventos. Ese mismo año, “Fútbol para Todos” se apropió también de los derechos de la B Nacional, teniendo en cuenta que en ese momento River había descendido. Finalmente, tras ocho años de emisiones gratuitas por canales de aire, en 2017 el secretario de Presidencia del macrismo, Fernando De Andreis, anunció el fin de las transmisiones de fútbol financiadas por el Estado. La promesa de Macri de “no se termina Fútbol para Todos” fue incumplida y, a mediados de 2016, la empresa estatal Radio Televisión Argentina (RTA) y los canales abiertos(Canal 13, Telefé y el 9) firmaron un contrato por un año para la transmisión del campeonato de Primera División. El 27 de junio de 2017 se firmó un nuevo convenio la Asociación del Fútbol Argentino con Turner y Fox, quienes se quedaron para la temporada siguiente con los derechos de televisación de la Primera División. Desde ese día, se codificó la televisación del fútbol, algo que continúa hasta hoy.
“Macri fútbol club”
Mauricio Macri no es ningún extraño cuando se habla de deporte en este país. El actual Presidente de la Nación estuvo involucrado con el ámbito futbolístico durante sus 15 años como Presidente de Boca y, actualmente, su operador judicial, Daniel Angelici, es quien se encarga de administrar los destinos del club de La Ribera. En junio del 2019, Macri recibió un premio de la FIFA por sus aportes al fútbol mundial.
Durante años, Macri anheló privatizar los clubes de fútbol mediante la creación de las Sociedades Anónimas Deportivas. Este año, a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) el Presidente modificó el régimen especial de los aportes patronales y de retenciones para los clubes y la AFA. La medida aumentó la alícuota de los aportes y contribuciones a la seguridad social en transferencia de jugadores y ventas de entradas, entre otros ítems, pero luego fue postergada para el 2020 por protestas de la AFA. Asimismo, cabe destacar, que los clubes sociales de fútbol se vieron afectados por los tarifazos y la devaluación que generó caídas en el pago de cuotas y ventas de entradas. Pero eso es algo que formará parte de la agenda del próximo gobierno.
Desde un punto de vista positivo, la administración de Macri fue dura para combatir a las barras bravas y terminar con la violencia en el fútbol mediante distintas medidas, incluyendo el proyecto de ley antibarras, que aún no se aprobó. El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, coordinado por Maria Eugenia Vidal, también detuvo a más de 25 jefes de barras bravas, permitió desde 2015 el encarcelamiento de más de 900 efectivos que delinquían y la separación de la fuerza policial bonaerense de otros 12.800 efectivos y sacó “el poder de la información” a la policía, a través de una aplicación digital para presentar denuncias sin pasar por las comisarías y evitar que algunas sean “cajoneadas”. Tras cuatro años de gestión, se prohibió el ingreso de 3 mil barras a los estadios por el derecho de admisión, y se espera poder eliminar estas “mafias” del fútbol argentino de una vez por todas.
Rotura olímpica
Otro de los aportes del macrismo al deporte fue la creación de la Agencia de Deporte Nacional, en reemplazo de la Secretaría de Deportes de la Nación, a través de un DNU, sin tener que pasar por el Congreso, con el objetivo de lograr la utilización racional de los recursos públicos para potenciar una gestión más “eficiente”. Esto impactó en el mundo deportivo y generó una grieta entre varios deportistas: algunos criticaban la medida y otros la apoyaban. El ex futbolista devenido en analista deportivo Juan Manuel Herbella fue contundente a la hora de manifestarse: “No es buen miércoles cuando el Estado denigra al deporte como herramienta social y desintegra la Secretaría de Deportes, abriendo la puerta a mal vender activos, vía DNU y sin debate. ¿Dónde está la voz de los deportistas? ¿Y los legisladores?”. Contrariamente, atletas como la «Leona» Noel Barrionuevo publicaron por redes sociales: “La creación de la Agencia es positiva para el deporte y un salto de calidad para los deportistas. Ahora va a ser más rápido el cobro de becas y subsidios y, por primera vez, las provincias van a poder participar de estas decisiones”.
Los principales recursos de la Agencia de Deporte Nacional son: la obtención de aportes extraordinarios del Estado y tienen ingresos directos de las recaudaciones que se obtengan por las actividades que se realicen en sus instalaciones, las ventas, locaciones u otras formas de contratación de sus bienes muebles y servicios, entre otros. El proyecto también cuenta con la asignación, administración, otorgamiento de becas y tiene en consideración el federalismo en la toma de decisiones. Además, presenta reglas claras en cuanto a los límites en la extensión de los mandatos dirigenciales.
Las críticas hacia la medida estaban enfocadas a la venta de los lugares para practicar deportes y el acceso de todos a las actividades deportivas, ya que para muchos es visto como un negocio y no como una herramienta de transformación social ni de desarrollo profesional. Esta decisión del Gobierno aún genera diversas posturas que agigantan una grieta olímpica en la sociedad.
El Dr. Carlos Marino, director de Capacitación del Comité Olímpico Argentino, habló sobre este tema: “En la Argentina no hay políticas de Estado en materia deportiva y sí políticas de gobierno; dependiendo del que esté de turno, es la política que se desarrolla y los resultados los tenemos a la vista: la falta de continuidad de las acciones, los cambios de rumbo, el pasaje de una estructura a otra y, finalmente, tampoco tenemos en nuestro país un programa de evaluación de políticas: no tenemos cultura de la evaluación. Si tuviéramos este programa, puede que marque un rumbo y una diferencia en nuestro país”. Asimismo, agregó: “En el alto rendimiento o en el rendimiento deportivo, la técnica es muy importante, pero si no está acompañada de la política, no tiene futuro. Todos en nuestra vida dependemos de las decisiones políticas”.
La juventud, une
Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico de Argentina presentó, en 2010, la candidatura de Argentina para los Juegos de la Juventud de 2018. Para ello tenía que obtener el apoyo de la Ciudad de Buenos Aires y del Estado Nacional. Macri y Cristina tuvieron que trabajar juntos para que se lograra la organización del evento internacional. La grieta no fue un factor para que el deporte gane y, por primera vez, en su historia la Argentina fue olímpica.
Perspectivas a futuro
¿Qué le deparará el futuro al deporte nacional? A pocos meses de las elecciones presidenciales, no sabemos concretamente qué ocurrirá con él. Tanto el kirchnerismo como el macrismo fueron criticados por varias medidas, ya sea por ajustes y cambios de financiamiento, o por el uso excesivo de recursos y la falta de atención al deporte de alta competencia. El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, dejó en claro que no tiene como prioridad que vuelva el “Fútbol Para Todos” y no ve al deporte como un gasto, sino como una inversión. “Claudio Morresi hizo las cosas muy bien un su momento y tranquilamente podría hacerse cargo de la Secretaría de Deportes”, expresó el candidato sobre la labor de Morresi como Secretario de Deportes de la Nación de 2004 a 2014, durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. En caso de que Macri asuma puede que continúe con su actual gestión con Diógenes de Urquiza al frente de la Agencia de Deporte.
NOTA: JUAN BARREIRO
Excelente articulo para entender el proceso del deporte Argentino. Siendo neofita en el tema creo que el deporte no debe usarse polticamente.