¿QUÉ OPOSICIÓN TENEMOS EN ARGENTINA?

POR CAMILA MIELE

El 10 de diciembre, Alberto Fernández asumió como presidente de todos los argentinos. Su asunción significó la vuelta del kirchnerismo al poder, algo impensado para gran parte de la sociedad. El “No vuelven más” quedó en el pasado porque Cristina Fernández de Kirchner no solo hizo una de las mejores jugadas políticas de los últimos años al nombrar a Alberto como candidato, sino que, además, su retorno al poder demostró el fuerte apoyo social que aún tiene. Si hubiera que ponerle un título a las elecciones presidenciales del año pasado, el mejor sería: “El fracaso del gobierno de Mauricio Macri hizo que Cristina vuelva al poder”.

¿Es posible la vuelta del macrismo? ¿Cuál es el rol de la oposición argentina? ¿Quién lidera la lucha por el sillón de Rivadavia? Desde Revista Sendero intentamos responder estas preguntas junto a tres referentes de la Comunicación Política: Adriana Amado, Bárbara Bravi y Augusto Reinas.

«Los vengo a convocar sin distinciones, para poner a la Argentina de pie», pronunció Alberto Fernández el 10 de diciembre, día de su asunción.

El año que viene hay elecciones legislativas en nuestro país y todos los partidos ya comienzan a mover sus fichas. Mientras desde el oficialismo tienen el desafío de afrontar esta pandemia y comenzar a mostrar resultados económicos, en Juntos por el Cambio saben que los comicios del próximo año son esenciales de cara a las elecciones presidenciales. Aún no se sabe quiénes van a ser los candidatos que van a encabezar las listas para las elecciones legislativas 2021, pero según Adriana Amado (Investigadora y analista de medios), tenemos que “dejar de pensar a la política en términos de personalidades. No sé cómo va a ser el juego del año que viene, pero insistir en el posicionamiento desde figuras que tienen un gran desgaste o tienen imagen negativa muy alta en la sociedad, no contribuye a legitimar la política como la que resuelve los problemas de la gente. Nos enojamos cuando la ciudadanía vuelve a sacar consignas que creíamos superadas como el `que se vayan todos´, pero la política, ante eso, vuelve a dar las mismas respuestas del pasado. Esto puede derivar en un hartazgo social  en el esquema de comunicación política”. 

Por su parte, Bárbara Bravi (Politóloga y especialista en Comunicación Política) sostiene que “no hay una figura de liderazgo que tenga algún sesgo positivo para que pueda ganar una elección. Si bien hay muchos medios que hablan de Cristina Fernández de Kirchner, en comparación con el perfil alto que tenía antes, hoy hay un protagonismo marcado de Alberto. Entonces, al no ser Cristina la figura principal, es difícil que busquen polarizar con la expresidenta”.

Además, Bravi realiza una distinción entre el proyecto de país que tiene el oficialismo y el ideal de país que tienen desde la oposición: “La grieta es un medio para mostrar no solo posiciones políticas, sino posiciones más profundas que tienen que ver con un proyecto de país. En el oficialismo eso está más marcado: derechos y contención hacia los sectores más vulnerables. Mientras la oposición está buscando cómo posicionarse desde la comunicación en una `contra´ a esta situación que vivimos de cuarentena. La polarización va a estar, no se sabe bien con qué figuras”. 

El impacto de la pandemia en la política

Con la llegada de la pandemia a la Argentina, nos encontramos con una foto que parecía ser el comienzo del final de la grieta: Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta sentados en una misma mesa. Esta unidad comenzó a perder fuerza porque la oposición comenzó a dividirse entre quienes ocupan cargos ejecutivos, tienen la responsabilidad de gobernar y acompañan al Presidente, y quienes son legisladores o no ocupan ningún cargo en la actualidad.

El intento de expropiación de Vicentín, la prolongación de la cuarentena y la Reforma Judicial fueron temas determinantes que hizo que parte de la ciudadanía saliera a las calle a “defender la República”. Adriana Amado realizó una aclaración al respecto: “Que un partido tome un posicionamiento desde el respeto de la Constitución es un desafío para el otro. Se supondría que todos los partidos deberían estar a la defensa de la Constitución. Hoy un partido tomó esa bandera y el otro pareciera cederlo, como si el respeto a la Constitución y a las instituciones no fuera lo prioritario. Es un juego interesante para explicar los valores políticos que cada una de las fuerzas asocia a su comunicación”.

“Lo que escribió el expresidente en el diario La Nación el pasado 22 de septiembre no fue una carta de lectores, fue una columna de opinión y, como tal, es un instrumento de comunicación válido porque lo que queda dicho está librado a la responsabilidad del que firma”, aclaró la Periodista e investigadora Adriana Amado.

—El inicio de la pandemia rediseñó el mapa de posicionamiento político entre el oficialismo dialoguista/oposición dialoguista y el oficialismo confrontativo/oposición confrontativa. Los dirigentes que se presentan dentro del espacio dialoguista son los que tienen mejor balance de imagen en la opinión pública. Esto vale tanto para el oficialismo como la oposición. El coronavirus puso en pausa las tensiones políticas y la crisis activó una demanda de colaboración y diálogo. Eso es lo que explica el crecimiento de Alberto Fernández desde abril a junio y luego su posterior caída, cuando comienza a dejar ese espacio de representación. Horacio Rodriguez Larreta también es un emergente de esa nueva demanda y mantiene altos niveles de imagen positiva —expresó el politólogo Augusto Reina.

—¿Qué oposición demanda la ciudadanía?

Augusto Reina: Una oposición que marque las diferencias, pero dialogue con el gobierno por la crisis que vivimos. Esa demanda encontró representación en todos los dirigentes de la oposición dialoguista. En este grupo encontramos a Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño; Diego Santilli, vicejefe de Gobierno porteño; Jorge Macri, intendente de Vicente López, o  Nestor Grindetti, jefe comunal de Lanús. En cambio, los dirigentes de Cambiemos que se encuadraron como oposición confrontativa tienen balances de imagen desmejorados. En general, todo el elenco de dirigentes y ministros del gobierno anterior están bajo ese marco. La figura más destacada de este grupo es la exministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. 

“Si bien hay tensiones tanto dentro de la coalición opositora (Juntos por el Cambio) como de la coalición gobernante (Frente de Todos), es difícil que surja una fuerza alternativa competitiva, eso necesitaría un liderazgo fuerte que, por lo menos hasta hoy, no se observa en Argentina. Para que surja otra fuerza, deberían romperse las coaliciones existentes”, analizó Bárbara Bravi, politóloga y especialista en Comunicación Política.

¿Mauricio Macri es un candidato competitivo?

Si nos guiamos por los resultados de su gestión como presidente, la respuesta tendría que ser “No”. Es difícil pensar que puede ser competitivo un expresidente que incumplió el 90 % de sus promesas de campaña centrales: solo cumplió dos de las veinte que había dado a conocer en el 2015 (extender la Asignación Universal por Hijo para incluir a los hijos de monotributistas, e impulsar la Ley del Arrepentido). A sus pobres resultados de gobierno hay que sumarle que Macri es uno de los dirigentes con peor imagen de toda la política argentina.

Un estudio de Giacobbe Consultores refleja esto con claridad. Los políticos con mayor imagen positiva son Rodríguez Larreta con 38 % y Alberto Fernández, con una postura cada vez menos moderada 37,1 %. Por su parte, Cristina Kirchner posee los mayores niveles de imagen negativa: 61,1 % contra 28,2 % de positiva, al igual que Mauricio Macri quien tiene 51,8 % de imagen negativa y 21,5 % de positiva. 

—La gente está muy atenta para buscar las contradicciones, para compartir lo que verdaderamente pasa en la realidad y no lo que se dice que pasa. Se puede decir que se toma tal medida, pero si no se cumple, al instante las personas en las redes sociales dicen que no es así. Si no entendemos la comunicación política como la escucha y como la gestión, vamos de nuevo a seguir instalados en un sistema de comunicación política que terminó el siglo pasado —señaló Amado. Ella también plantea que “si seguimos pensando la comunicación política desde oficialismo y oposición, nos perdemos todas las expresiones cívicas que aparecieron. Las manifestaciones ciudadanas están a la orden del día en todos los países de Latinoamérica y en muchos han generado cambios sustanciales en las políticas de gobierno”.

Por otro lado, la politóloga Bárbara Bravi sostuvo que “Macri tiene un alto porcentaje de imagen negativa. Pero, a pesar de las disputas internas de Juntos por el Cambio, es actualmente el líder de la oposición. Pero el liderazgo dentro de ese espacio no es fuerte. No creo que se pueda volver a presentar a elecciones, tendrá que surgir un líder fuerte de la oposición”.

En política todo es imprevisible. Si hace dos años atrás nos preguntaban quién iba a ser el próximo presidente, nadie hubiera dicho el nombre de Alberto Fernández. Frente a las diferentes internas que hay dentro de Juntos por el Cambio y al protagonismo que empieza a tener Horacio Rodríguez Larreta, Macri no quiere perder terreno y empieza a mostrarse más activo y presente.

“Mientras la puesta de la oposición más moderada es ganar el centro, Mauricio Macri está eligiendo un posicionamiento confrontativo porque a él le quedan posibilidades si se mantiene un segmento social duro y cohesionado en una mirada antigobierno”, explicó Augusto Reinas, politólogo y presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (ASACOP).

En Juntos por el Cambio, la posición más crítica al gobierno la encabezan Mauricio Macri y Patricia Bullrich, en cambio, la oposición más moderada la encabezan Horacio Rodríguez Larreta y la exgobernadora María Eugenia Vidal, quien será una figura clave en el armado político del año que viene. Las cartas están echadas y la estrategia se comienza a tejer en medio de un contexto de pandemia inédito, donde los aciertos y los errores del gobierno serán determinantes para la decisión electoral de la oposición, que buscará el año que viene dar el batacazo en las urnas.

Camila Miele

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