Plasticidad política

POR RAMIRO GAMBOA – CORTESÍA EL ECONOMISTA

Massa se mira con Alberto Fernández, y hay complicidad, Lavagna con Alternativa Federal y descarta competir en una interna, Lousteau mira a Macri, Fernández y Lavagna y tiene ganas de multiplicarse por tres para acompañarlos; y Macri no sabe si cambiar la fórmula o habilitar internas. Estos días requieren de pura plasticidad. ¿Massa pierde credibilidad al competir junto al kirchnerismo? Y Lousteau, ¿qué piensa hacer? ¿Cambiemos debe habilitar internas? Hay algo allí que Mario Riorda, Beatriz Sarlo, José Pablo Feinmann y Graciela Römer nos ayudan a entender.

«Lousteau mira a Macri, Fernández y Lavagna y tiene ganas de multiplicarse por tres»

Massa se kirchneriza

El tiempo, aliado de la experiencia, le enseña al tigrense a ser previsor; en el 2017 hizo una elección muy pobre: sacó el 11,32 % y quedó tercero, resultado que lo expulsó del senado. Existe la reinvención y no es mala cosa; los errores son aleccionadores. En las últimas encuestas mide 10 % y su economistas predilectos —Martín Redrado y Aldo Pignanelli— son muy pesimistas con el rumbo económico. Le aseguran que previo a octubre el gobierno padecerá una crisis severa.

El jueves Massa llamó a armar una coalición opositora: «Tenemos que construir una mayoría arrolladora que ponga fin a este gobierno”. La realidad, con su topadora, pasa por encima la tercera vía, la Alternativa Federal: “Es un espacio que implosionó y el fracaso le permite negociaciones individuales o unilaterales a los actores que lo conformaban. Eso sucede con Massa”, dice el politólogo Mario Riorda.


«Sergio Massa tiene una presión enorme de su estructura partidaria, especialmente en la provincia de Buenos Aires», dice Mario Riorda.

“Hace un año que Massa se ubicó en el costado opositor al gobierno y así como el 70 % de sus votantes en el balotaje del 2015 votó a Cambiemos, hoy el 80 % votaría a un frente opositor”, clarifica Riorda. Su credibilidad no se debilita, sino que ratifica un desencanto violento de su votante.

«Hoy el 80 % de los votantes de Massa votaría a un frente opositor»

La socióloga Graciela Römer dice que es muy probable que el Frente renovador haga un acuerdo con Unidad Ciudadana: “Es probable que al hacer la alianza ponga en riesgo parte de su intención de voto porque Massa representaba una alternativa al kirchnerismo y a Cambiemos”.

“Al fin Massa ha dejado de dudar a lo Hamlet; si acuerda con Alberto Fernández y advierte que es necesario ante todo derrotar a Macri en octubre va a tener un papel aceptable en la historia, muy meritorio, mucho más que si se lanza solo en una carrera electoral que no va a ganar porque no mide más de diez puntos”, dispara el filósofo José Pablo Feinmann.

“La candidatura de Alberto Fernández mejoró la oferta del kirchnerismo un poco en términos de intención de votos, pero mejoró muchísimo la proyección al centro por parte de Cristina Kirchner, y eso mejoró el vínculo entre el espacio Fernández – Fernández con los gobernadores y con Massa”, reflexiona Römer.

«La candidatura de Alberto Fernández mejoró el vínculo entre el espacio Fernández – Fernández con los gobernadores y con Massa»


«Lo que llaman la avenida del medio no tiene futuro salvo el de ser funcional a Macri», dispara el filósofo José Pablo Feinmann.

Lavagna ombliguista, ¿muy distinto a Alberto?

Mario Riorda escribió un libro titulado: Animate a controlar tu ego. La editorial no lo dejó publicarlo, pero le hubiera encantado regalárselo a Lavagna. Riorda entiende que en términos de percepción pública no hay mucha distancia entre el exministro de economía de Kirchner y Alberto Fernández: “Estos días he visto algunas encuestas o estudios de corte más cualitativo, las destrezas que la mayoría le atribuye a Alberto Fernández también lo hace con Lavagna, pero en menor medida”.  

Graciela Römer critica el planteo de Lavagna: “Es muy contradictorio que no acceda a una interna con los dirigentes de Alternativa Federal. Ponerse por encima de la grieta implica una propuesta que supere la fisura. La falta de republicanismo es uno de los temas centrales —aparte de la economía— y al negarse a una interna, el componente republicano falta en la estrategia política de Lavagna”.  

«Las destrezas que la mayoría le atribuye a Alberto Fernández también lo hace con Lavagna»

“Voy a votar a Lavagna porque hará transformaciones que yo acompañaría; tiene una frase con la cual yo no tengo ningún problema: voy a examinar toda medida de gobierno desde el punto de vista de la redistribución del ingreso”, elogia la intelectual Beatriz Sarlo, quien votó en blanco en el último balotaje del 2015, pero no lo hará este año.

Feinmann dice que Alberto Fernández no habla mucho de la grieta como sí lo hace Lavagna. Alberto es menos orgulloso que Lavagna: “Se cree indispensable y único”, entiende José Pablo.

“Lo veo a Alberto Fernández y tenemos larguísimas conversaciones; sin duda es un tipo de una inteligencia para el analisis político extraordinaria. Al igual que Lavagna, tiene una enorme inteligencia política”, suma Sarlo. La moderación de Alberto Fernández —parecida a la del exministro de economía de Kirchner— es uno de los factores que debilitó a Lavagna en las encuestas (hoy mide 5 %). Pero el economista no se va a bajar porque, al igual que Redrado y Pignanelli, proyecta un escenario económico muy adverso durante el mes de septiembre.

«Voy a votar a Lavagna», confirma Beatriz Sarlo.

¿Dónde está Lousteau?

“No sé cuál es el vrai homme, el verdadero Lousteau. Es demasiado su transformismo en un espectro ancho de la política. No me interesa votar a un tipo que a la mañana está en H y a la tarde en Z, no me interesa”, critica Sarlo. El futuro se acerca, el cierre de listas es el 22 de junio y el economista no toma una decisión.

Competir en la ciudad carece de sentido porque se arriesga a quedar en tercer lugar por detrás de Recalde —indican las últimas encuestas—. Está más cerca de ir a una interna con Macri que de integrar la fórmula —el PRO duro y Carrió serían fatales si Macri le cediera la vicepresidencia—, pero no desecha acompañar a Lavagna en la fórmula. Mantiene un muy buen vínculo con Alberto Fernández, a quien felicitó por su candidatura y en su entorno tampoco descartan contribuir directa o indirectamente en la fórmula Fernández-Fernández: “Alberto siempre se comportó muy bien con Martín, y durante la crisis del campo lo defendió cuando las papas quemaban. ¿Por qué no acompañar a un viejo amigo?”, dice un dirigente radical muy cercano al Diputado Nacional.

«Sarlo sobre Lousteau: No me interesa votar a un tipo que a la mañana está en H y a la tarde en Z»

José Pablo Feinmann dice que tanta ubicuidad —idas y venidas— arroja una sombra de sospecha sobre Lousteau y que maneja una política acomodaticia, oportunista, insincera y que nadie debería creerle si le da su adhesión. “Lousteau es un candidato que mide mucho en la Ciudad de Buenos Aires y muy poco a nivel nacional. Someterse o dejarse someter a tanto tironeo de todas las fuerza políticas produce lo que llamamos en la ciencia política desperfilamiento”, analiza Riorda.

«Lousteau no solamente puede ser candidato de todas las fuerza, sino que aparece como posible candidato a todo», agrega Mario Riorda.

Reflejos de Cambiemos

“El gobierno necesita retomar iniciativa y recrear la expectativa de que el segundo gobierno va a ser mejor que el primero. ¿Cómo lo hace? El gobierno necesita recrear la oferta electoral”, explica Römer al respaldar un cambio de la fórmula del 2015 de Cambiemos: Macri-Michetti. “La omnipotencia del gobierno y la falta de transversalidad le han hecho mucho daño a la Argentina”, se lamenta.

«La omnipotencia del gobierno le ha hecho mucho daño a la Argentina»

Riorda es pesimista incluso con un cambio de fórmula: “Si la formula fuera encabezada por Vidal, sería muy poco el ascenso en términos de votos y deja vacía la oferta electoral de la provincia de Buenos Aires”. Legitima un embellecimiento de la oferta de Cambiemos en las primarias: “Cambiemos es el resultado de una inteligencia práctica en las primarias, así ganó y es probable que ese cálculo —que obviamente lo están realizando— sea el el que definirá si habilitan una competencia interna en las primarias”.

Casi todo en nuestra vida es algo así: el primer día nos parece un objeto estupendo fuente de inagotable alegría —y con globos de colores—, el tercero bajan las expectativas, el octavo bajan aún más, el undécimo la duda de por qué era que lo votamos y a partir del vigesimocuarto nos resulta perfectamente abominable. La fórmula de Cambiemos será producto de una especulación estrictamente numérica. El gobierno debe evitar la desilusión de la sociedad. ¿Cómo hacerlo? Existe la reinvención, y el gobierno lo sabe; Lousteau, Alberto Fernández, Lavagna y Massa también son conscientes. La plasticidad no sabe de grietas.

POR RAMIRO GAMBOA – CORTESÍA EL ECONOMISTA

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