¿EL MALBA ESTÁ EN VENTA?

POR: PALOMA VIOLETA GONZÁLEZ SANTOS

 

Desde el mes de julio el Malba está en venta. Un gran cartel publicita la propiedad que incluye: 3 salas de exhibición, 680 obras de arte, cine, auditorio, terraza y piscina climatizada. Pero quien se atreva a llamar para preguntar el valor se va a encontrar con que esto no es más que una ilusión y que pertenece a la obra de Leandro Erlich, uno de los artistas argentinos contemporáneos más reconocidos en el mundo. 

 

Jardín Perdido (2009) de Leandro Erlich
Foto: Guyot

Liminal -el título de la exhibición-, curada por Dan Cameron (E.E.U.U.), es una muestra antológica que reúne las obras más emblemáticas del artista, desde su casa en el aire, “Invisible Billboard”, hasta “La Piscina”, obra que representó a la Argentina en la Bienal de Venecia en el 2001 y que se muestra por primera vez en Buenos Aires.  Las 21 instalaciones refieren, según el curador, a esa zona liminal, es decir, intermedia, confusa; un umbral que nos deja “entrar en un lugar o estado de existencia específicos, pero sin llegar nunca del todo” y nos invita a ver la realidad desde otra perspectiva.  

 

Cadrés Dorés (2008) de Leandro Erlich
Foto: Guyot

Erlich consigue este efecto al tomar objetos o situaciones de la vida cotidiana (un ascensor, un salón de belleza, un aula) y transformarlos con dos procedimientos: el primero es el del ilusionismo; espejos inexistentes, reflejos desviados o ficticios confunden la percepción del espectador y trastocan lo que el cerebro anticipaba y causa asombro en quien lo ve. Y el segundo, reconstruir escenas que vemos diariamente y llevarlas al museo. Este traslado desde la calle hacia la sala de exhibición hace que la realidad se desfamiliarice y aquello que vemos todos los días adquiera un nuevo valor y nos llame más la atención. Así, de repente, la ventana de un avión o una serie de lavarropas se vuelven algo mágico, fuera de lo común. Sus obras entonces tienen un carácter disruptivo, experiencial, donde se pretende divertir y sorprender a quien lo visita. Esto se comprueba tanto en el museo como en sus intervenciones en el espacio público que se ha visto también en el pasado: fue él quien hizo que en el 2015 el Obelisco perdiera su punta, que fue trasladada, con vista incluida, a la explanada del Malba.

 

La Pileta (1999) de Leandro Erlich
Foto: Guyot

Estos procedimientos son similares a los usados por artistas como Maurizio Cattelan (quien estuvo en Buenos Aires el año pasado con Art Basel Cities), Yayoi Kusama o Damien Hirst (famoso por su tiburón en formol), entre otros. Estos artistas, como Erlich,  se abrieron camino a partir de los años noventa, y se basan en el entretenimiento, las ilusiones, lo controversial para generar piezas que siempre llenan las redes sociales con selfies y hashtags. De la misma forma, la muestra Liminal se caracteriza por ser multitudinaria, con largas filas afuera del museo los fines de semana y horas de espera para poder ver sus instalaciones. Esto conforma la Erlich experience, que ya tiene 31 mil posteos en Instagram y recibió hasta ahora a más de 190.000 personas, según datos del museo. 

 

Erlich es entonces este gran ilusionista, que aunque muchas veces revela el truco, no deja de encantar a gente de todas las edades. Todo el mundo se divierte en esta exposición, que tiene también algo de parque temático o de diversiones, donde cada quien pasa de una obra a otra y espera con ansias qué es lo siguiente que lo va a sorprender. Sus obras  dislocan la realidad y hacen que el espectador no esté inmóvil, sino activo frente a ellas potenciándolas. La intención de Erlich es movilizar al espectador, “construir un espacio donde el espectador va a ser un actor”, como dijo en la charla de apertura. 

 

Ahora bien, a pesar de esta gran recepción mediática la relación arte-entretenimiento o arte-espectáculo suele causar terror en intelectuales del mundo del arte. Según Matías Pinilla, artista y director del proyecto LanzaLlamas, “la popularidad parece producir indiferencia o apatía dentro de artistas, críticos y estudiosos del arte contemporáneo por su aparente falta de concepto”; así la obra de Erlich es muchas veces vista como vacía, un producto de la sociedad del espectáculo. Dentro de la esfera del arte, ciertas cuestiones que llegan a las masas se descartan y dejan de lado: se las cataloga como frívolas o falsas. Pero, para Pinilla, esta misma reacción tiene un factor interesante ya que hace evidente la postura muchas veces cerrada que caracteriza al arte contemporáneo que rechaza aquello que llega de algún modo a la persona “común”. Cada pieza artística está diseñada para un público y aunque quizás alguien la encuentre superflua, otro la encontrará cercana y divertida.  

 

Six Cycles (2018) de Leandro Erlich
Foto: Guyot

La figura de Erlich es controversial, mucho se puede criticar o alabar de su obra y su figura, pero no hay que dejar de lado que el arte en sí es subjetivo y que después, más allá de la crítica, lo que mejor se puede hacer es acercarse y experimentar todo en carne propia. Elaborar un gusto y un pensamiento crítico que nos enriquezca no solo frente al arte,  sino que irradie a distintos aspectos de la vida. Sacarnos de la alienación de la rutina y presentarnos universos posibles es una de las funciones del arte y si una exposición hace que más personas se acerquen a los museos no es nada más que ganancia. Después, está en cada quién decidir qué le interesa y qué rechaza. Liminal sigue expuesta hasta el 27 de octubre para quien quiera acercarse y formarse una opinión propia o para quien quiera ir y sacarse una selfie haciendo que nada en el agua de la nueva “pileta climatizada” del museo.

 


El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, ubicado en Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415, fue fundado en septiembre de 2001 con el objetivo de coleccionar, preservar, estudiar y difundir el arte latinoamericano desde principios del siglo XX hasta la actualidad.

 

Lugar y horario en los que se puede visitar:

 

Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires

Av. Figueroa Alcorta 3415

C1425CLA Buenos Aires

Argentina

Jueves a lunes: 12:00 a 20:00.

Miércoles: 12:00 a 21:00.

Martes: cerrado.

Feriados: Abierto de 12:00 a 20:00,

excepto los días martes.

 

POR: PALOMA VIOLETA GONZÁLEZ SANTOS

Revista Sendero

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