¿CAMBIOS O CONTINUIDAD DEL OTRO LADO DEL RÍO?

POR GERARDO DELGADO STUTZ

 

Este domingo 24 de noviembre se celebrará la segunda vuelta de elecciones nacionales en la República Oriental del Uruguay. El conocido bastión progresista podría llegar a su fin de ciclo. Existe una gran posibilidad de que el Frente Amplio sea derrotado en las urnas por el candidato del Partido Nacional. En una América del Sur convulsionada, lo que pueda pasar en Uruguay se convierte en una pieza clave del análisis de la realidad continental. 

 

Luis Lacalle Pou es el candidato del Partido Nacional. Es un abogado de 46 años, criado en una familia política: los Lacalle Herrera, que pertenecen al  sector históricamente conservador del Partido Nacional. Fue diputado durante dos períodos por el departamento de Canelones, actualmente cumple su segundo mandato como senador nacional y por segunda vez se presenta como candidato a presidente.  En su primera elección no logró un gran resultado, debido a que enfrente tenía a Tabaré Vázquez como candidato y a un Frente Amplio con gran respaldo debido a los éxitos económicos de su primera gestión. 

 

Daniel Martínez Villamil es el candidato del Frente Amplio (FA). Tiene 63 años, es ingeniero industrial, proviene de un hogar de clase media de Montevideo, con 35 años de militancia dentro del Partido Socialista y dentro del FA. Ha ocupado varios puestos dentro de la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) y el Ministerio de Industria y Energía. Su último puesto destacable fue estar al frente de la intendencia de Montevideo. Este cargo lo catapultó como candidato presidencial: durante su gestión corrigió falencias de la administración anterior. Es el primer candidato de la regeneración del FA, que históricamente estuvo centrado en un tridente compuesto por Danilo Astori, José “Pepe” Mujica y Tabaré Vázquez.

 

Daniel Martínez Villamil (Frente Amplio) y Luis Lacalle Pou (Partido Nacional) este domingo se disputan la presidencia en Uruguay.

 

Si bien las últimas encuestas dan una ventaja a Lacalle Pou de cinco puntos, aproximadamente, el número de indecisos es de seis puntos, lo que lleva a creer en un escenario con una mínima posibilidad de un triunfo de Martínez. La incógnita es: ¿por qué el Frente Amplio pasó de ser una coalición imbatible a estar en tal mala posición? ¿En que se basa el llamado “antifrenteamplismo”? 

 

«¿Por qué el Frente Amplio pasó de ser una coalición imbatible a estar en tan mala posición?».

 

El problema de la inseguridad es uno de los principales factores determinantes que explican por qué el Frente Amplio podría llegar a perder. El aumento de la cantidad de homicidios y la negación inicial de este tema son la principal razón del fuerte enojo de la sociedad. Por esta cuestión, el senador Jorge Larrañaga impulsó un plebiscito para reformar cuestiones básicas de la seguridad en un tono más punitivista, como la participación de las Fuerzas Armadas, cambios en el reglamento de la policía y el endurecimiento de las penas. Este plebiscito no logró pasar, pero obtuvo un 46 % del apoyo, a pesar de tener en contra a casi todos los candidatos presidenciales que participaron en la primera vuelta. 

 

«El aumento de la cantidad de homicidios y la negación inicial de este tema son la principal razón del fuerte enojo de la sociedad con el Frente Amplio».

 

La corrupción, un mal que asola a la región, también afecta a Uruguay. El caso sobre coimas en ANCAP, que involucraba a Raúl Fernando Sendic, exvicepresidente de Tabaré Vázquez, fue histórico para Uruguay y sobre todo para una fuerza como el Frente Amplio, que durante muchas campañas electorales sostuvo que “el que roba no tiene perdón posible”, incluso luego retratada por la imagen austera y sencilla del ex presidente “Pepe” Mujica.

 

En materia económica, Uruguay mantiene problemas con el empleo calificado a pesar de que en algunos rubros, tales como el informático, ha mejorado mucho. El crecimiento del PBI, que llegó a ser del 4 o 5% anual, en los últimos años ha pasado a ser de un crecimiento bajo, en parte por las situaciones económicas complicadas de Argentina y Brasil. En 2018, el déficit fiscal se disparó al 5%, un récord para la gestión frenteamplista. 

 

Existen puntos a considerar en la geopolítica electoral, entre ellos: el famoso Interior vs Montevideo. La ciudad capital y su conurbano son los lugares más afectados por el aumento de la inseguridad; aún así las encuestas muestran que son los lugares donde el FA ganaría por más de diez puntos. La institucionalización de las políticas sociales y de derechos humanos del Frente Amplio explica esta ventaja. Sin embargo, es una baja respecto a la diferencia histórica de más de quince puntos que hubo en las últimas dos elecciones. El Interior se muestra más reacio al Frente, debido a cierto estancamiento en algunas economías regionales y al crecimiento del evangelismo junto al del conservadurismo social en las zonas rurales del norte del país, lo que genera una fuerte reacción a las conquistas sociales de carácter no económico. 

 

Uno de los puntos débiles de la denominada “coalición multicolor”, que incluye al Partido Nacional, Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido de la Gente y el Partido Independiente son en materia económica; a pesar de los errores cometidos por el FA, en los últimos gobiernos blancos y colorados de los ochenta y noventa no se logró disminuir la desigualdad ni bajar la pobreza y el poder adquisitivo era mucho menor. Sin embargo, la campaña del Frente Amplio tuvo poca claridad en su mensaje: penduló entre vender un positivismo de que las cosas se van a hacer mejor y una campaña del miedo que esgrime que todo lo que se logró en estos 15 años puede perderse de un día para el otro.   

 

«La campaña del Frente Amplio tuvo poca claridad en su mensaje: penduló entre vender un positivismo de que las cosas se van a hacer mejor y una campaña del miedo que esgrime que todo lo que se logró en estos 15 años puede perderse de un día para el otro».

 

En el debate presidencial, Lacalle Pou le cuestionó los aumentos de impuestos que plantea el Frente Amplio en su programa. Ante esto, Martínez dijo que no solo se eligen programas, sino personas. Esta frase generó una polémica menor en el Frente Amplio donde el programa es acordado democráticamente por los representantes de las distintas áreas programáticas de los partidos políticos que componen el frente. Todos estos vaivenes podrían generar una cierta incertidumbre en los votantes indecisos.

 

El documento firmado por la coalición multicolor generó controversias; fue criticado por el FA debido a que tiene muchos verbos intencionales como “rever, remarcar, fortalecer, etc.” y con propuestas no del todo concretas. Una de las más criticadas por el oficialismo es la ley de Urgente Consideración, una medida que permite modificar varias cuestiones, desde la composición de los consejos del salario a las alícuotas de importación de combustibles. El objetivo del documento, en teoría, era mostrar certezas de gobernabilidad ante el escenario de un Congreso fragmentado donde hay paridad entre los distintos bloques de la oposición. El Frente Amplio tiene el 40% de las bancas y buena parte de esos escaños pertenecen al Partido Comunista y el MPP, los sectores más de izquierda del FA. 

 

«Una de las más criticadas por el oficialismo es la ley de Urgente Consideración, una medida que permite modificar varias cuestiones, desde la composición de los consejos del salario a las alícuotas de importación de combustibles».

 

El Frente Amplio trata de resaltar el rol del partido Cabildo Abierto en la coalición multicolor, y así busca  a los votantes batllistas, el ala más progresista dentro del Partido Colorado. Cabildo Abierto ha sido un partido claramente ultra conservador en las temáticas sociales, el único partido que cuestiona la “ideología de género”, la memoria histórica, el rol de la mujer en el hogar, la ley de derecho a las personas transexuales, la despenalización del aborto y la inmigración .En el Frente temen quedarse con los votantes propios, de los partidos minoritarios ecologistas y de izquierda, sin poder captar el resto de los votantes.

 

A pesar de ser una campaña áspera, larga y dura, la certeza es que la transición será ordenada y tranquila en caso de que gane Lacalle Pou. En este sentido, Uruguay probablemente mantendrá su fiel tradición de ser un país estable en términos políticos. El lunes 25 de noviembre, Uruguay despertará con la continuidad o con el cambio. 

 

POR GERARDO DELGADO STUTZ

Revista Sendero

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