¿QUIERE ALGUIEN PENSAR EN GRAN BRETAÑA?

POR JUAN PABLO CHIODI

El jueves el Reino Unido vuelve a las urnas por tercera vez en cuatro años y está en juego su permanencia en la Unión Europea. Desde el referéndum que en junio de 2016 resultó favorable al Brexit, el Reino Unido se encuentra en una parálisis política donde ningún bando logra juntar la fuerza suficiente para definir el asunto. Un año después, en 2017, se adelantaron las elecciones para buscar resolverlo y tampoco se pudo. Este año de nuevo hay elecciones anticipadas, y se habla de un “referéndum encubierto”. ¿Será la tercera la vencida? 

La especialista en Relaciones Internacionales, Elsa Llenderrozas y el analista internacional, Juan Elman, en conversación con Revista Sendero, nos ayudan a entender mejor qué está pasando en el Reino Unido.

¿QUÉ ES EL BREXIT? Br (Gran Bretaña) + exit (exit)= Brexit

Sí, ya sé, pasaron tres años y es difícil acordarse. Fueron muchos los quilombos que sacudieron al mundo en este tiempo como para acordarse de todos. Pero volvamos a lo nuestro. El Brexit consiste en que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), después de 46 años de formar parte. 

Cuando en la posguerra se creó la Unión Europea, el objetivo era construir una alianza económica, política y social de los Estados para “unir fuerzas” en el crecimiento del continente y reducir la competencia hostil. Reducir las disputas económicas era fundamental, pero que no se caguen a tiros también. Hay que recordar que venían de la Segunda Guerra. La integración a la Unión Europea implicó aceptar las «cuatro libertades fundamentales»: la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales. En criollo, quiere decir que la plata, la gente y los productos se mueven por la Unión Europea como si fuesen un solo país: no hay aduanas, trámites migratorios, ni aranceles. 

La Unión Europea está compuesta por 28 estados miembros y tiene su sede central en Bruselas, Bélgica. Si el Reino Unido la abandona sería el primer estado miembro en hacerlo. 

¿UN MUNDO FELIZ?

Desde la conformación de la Unión Europea los conflictos entre los Estados dejaron de existir, se hermanaron los pueblos y todos crecieron de forma ininterrumpida. Ah no, pará: la crisis económica del 2008, la inmigración masiva de refugiados, el surgimiento de partidos de extrema derecha, la crisis bancaria de España e Irlanda, y la crisis de deuda de Grecia y de Portugal fueron algunos de los factores que contribuyeron a desgastar la confianza en la Unión Europea. 

“El proyecto europeísta en el Reino Unido nunca tuvo una aceptación similar a la de otros países, ni desde el comienzo ni posteriormente”, sostiene Juan Elman. “Las cuestiones culturales explican de mejor manera por qué la ciudadanía votó a favor de la salida; hay una percepción: desde que el Reino Unido ingresó a la UE sus condiciones de vida empeoraron. Por eso el referéndum fue un mensaje muy fuerte a las élites políticas de Londres: ciertas prioridades de los ciudadanos, sobre todo del interior del país, no fueron —ni son— tenidas en cuenta”, agrega el analista internacional.

Dentro del Reino Unido crecieron los euroescépticos que sostenían que no tenían por qué hacerse cargo de las crisis económicas de otras naciones —Grecia y España—, y además recibir la creciente ola de refugiados. El principal argumento de la campaña a favor del Brexit fue «recuperar la soberanía y la identidad», en particular sobre sus fronteras para limitar la inmigración. “El argumento anti inmigratorio caló muy fuerte y se basa en la idea de que la identidad nacional británica está en jaque por la permanencia del Reino Unido en la UE. Es interesante ver cómo en las comunidades que tuvieron un cambio demográfico brusco por la cantidad de migrantes que llegaron, votaron a favor de la salida”, reflexiona Juan Elman.

Los pro Brexit sostienen que son los extranjeros los culpables del aumento de la criminalidad, del desempleo, de la baja de los salarios y de que los servicios públicos no den abasto. Inmigrantes. Sabía que eran ellos. La vieja y confiable xenofobia. 

A su vez lo impensado del apoyo al Brexit jugó una mala pasada a los pro Bremain. “Fue muy importante el nivel de participación de ciertos sectores etarios de la sociedad británica que fueron quienes definieron el voto a favor del Brexit. Sobre todo los sectores jóvenes daban por ganado el voto de permanencia en la UE y se dejaron estar de alguna manera y la decisión la tomaron otros”, reflexiona Elsa Llenderrozas. 

La edad fue otro factor clave: el 70% de los menores de 24 años está en contra del Brexit, mientras que para los mayores de 65 años este número baja al  35%.

¡BREXIT SÍ! ¿Y AHORA?

En junio de 2016, se hizo el referéndum y ganó el Brexit por 52 % contra 48 %. Inmediatamente David Cameron, quien era Primer Ministro, renunció al haber sido uno de los defensores de permanecer en la UE. “La población ha tomado una decisión muy clara de tomar otro camino. Ello requiere una conducción renovada. No es lo adecuado que sea el capitán que dirija este nuevo rumbo», expresó Cameron en aquella ocasión. 

En el cargo lo reemplazó Theresa May, quien empezó a llevar adelante las negociaciones para acordar con la Unión Europea los términos en los cuales se iba a realizar el Brexit. Pero nunca lo pudo llevar adelante: el referéndum no era vinculante y el proyecto de salida debía pasar por el Parlamento para ser aprobado. Su partido —el conservador— tenía una mayoría demasiado ajustada para hacerlo, e internamente, había un bloque de parlamentarios pro Bremain (quedarse en la Unión Europea), que no estaban dispuestos a votarlo.

“El Brexit partió el sistema político británico, tuvo un efecto de ruptura hacia el interior del partido conservador y del laborista. Por más que el conservador haya ostentado un liderazgo a favor de la salida no tenía los números fácticos para una mayoría en el parlamento que permita aprobar su salida”, asegura Elman. 

Para solucionarlo a Theresa se le ocurrió una idea magistral: adelantar las elecciones para sumar más votos, más parlamentarios y con esa fuerza poder destrabar el asunto. ¿Adivinaron que pasó? Sí, le salió como el culo.

SIN SALIDA

Pero antes de poder saber por qué falló, hay que entender el sistema electoral británico. ¿Viste el presidencialismo argentino? Bueno, absolutamente nada que ver. En el Reino Unido el Primer Ministro no es elegido de manera directa, sino por mayoría simple en la Cámara de los Comunes. En toda la nación hay 650 circunscripciones electorales y cada una otorga una banca en la Cámara de los Comunes. El político que consigue la mayoría de los votos en su circunscripción consigue ese escaño en el parlamento. O sea, en cada elección nacional hay 650 ganadores, uno por cada circunscripción electoral y cada uno va a ocupar una banca en la Cámara de los Comunes. Entonces para que un partido tenga la mayoría absoluta de la Cámara debe contar con 326 diputados; es decir la mitad más uno.

Antes de la elección del 2017 May tenía mayoría absoluta de 331 diputados (mayoría ajustada) y después de la elección bajó ese número a 318 diputados (perdió la mayoría). Quiso sumar fuerzas y se pegó un tiro en el pie, un desastre. Pero Theresa May no se dio por vencida: es solo un poco de minoría, todavía sirve, todavía sirve. Formó gobierno con el apoyo de un partido menor ultraconservador —Partido Unionista de Irlanda del Norte—, y negoció, duramente, durante dos años con la Unión Europea un pacto de salida de la misma UE, lo presentó en mayo del 2019 en la Cámara de los Comunes, pero los parlamentarios lo rechazaron. Volvió a insistir dos veces, y dos veces más le dijeron que no. 

“El problema de May es que no convenció a nadie: no convenció a los que querían una  salida más suave, ni a los euroescépticos más recalcitrantes. No tuvo casi base de apoyo y por eso sufrió la derrota más categórica en el parlamento en la historia británica”, afirma Juan Elman.

«Siempre lamentaré no haber sido capaz de sacar adelante el Brexit», aseguró May mientras anunciaba su renuncia. «Mi sucesor deberá lograr en el Parlamento el consenso que yo no he alcanzado, pero para ello todas las partes deberán estar dispuestas a comprometerse», agregó. Lo que no dijo, pero se puede adivinar es: “Hasta acá llegó mi amor, se pueden ir a la puta que los parió”.

«Pronto dejaré el trabajo que para mí ha sido el honor de mi vida: servir”, proclamó entre lágrimas, quien fue la segunda Primer Ministra mujer de la historia del Reino Unido.

POR FAVOR, NO HAGAS PROMESAS

Boris Johnson fue electo primer ministro británico como reemplazante de la saliente Theresa May. Prometió en su elección que sacaría al Reino Unido de la Unión Europea y que, para el 31 de octubre, el Brexit sería un hecho. «Lo haré cueste lo que cueste, prefiero estar muerto en el fondo de una zanja antes que solicitar una tercera prórroga”. Y Johnson —caballero de palabra— por supuesto cumplió su promesa… Ah no. Parece que no fue tan fácil, Johnson se fue de boca y tuvo que recular. Guauuu, qué inesperado. 

«Tenemos un gran acuerdo nuevo que retoma el control: ahora el Parlamento debería terminar el Brexit», tuiteó Johnson el 17 de octubre después de arreglar un acuerdo de salida con la Unión Europea. Ya estaba arreglado con los europeos y faltaba que aceptara el Parlamento. Pero si bien la Cámara de los Comunes le dio una primera aprobación al proyecto, se negó a aceptar el calendario de salida antes del 31 de octubre. “Johnson igual que May no alcanzó el número, pero a la inversa fue por no poder convencer a quienes estaban a favor de una salida más controlada”, afirma Juan Elman.

El 31 de octubre, finalizaba el plazo que puso la Unión Europea para negociar la salida del Reino Unido; una vez vencido el tiempo, el Reino Unido sería expulsado de la Unión Europea sin ningún tipo de acuerdo. Las consecuencias económicas de esa salida dando un portazo hubieran sido muy negativas y Johnson prefirió otra alternativa: renegociar con la Unión Europea un nuevo plazo para llegar a un acuerdo por tres meses más, hasta el 31 de enero. Pero para asegurarse el control del Parlamento, acudió a la misma apuesta que May: adelantar las elecciones, ganar diputados y encarar con más fuerza y legitimidad la salida de la Unión Europea. #SíSePuede

Boris Johnson, invitó a sus simpatizantes a «romper en pedazos el libro de normas de la UE» votándolo en las elecciones del próximo jueves.

TODO EL PODER A LAS URNAS

Después de idas y vueltas, el Parlamento aceptó la propuesta de Johnson de convocar a elecciones para el 12 de diciembre, después de casi 100 años sin que los británicos voten en esta época del año. Pero, ¿quiénes son los que compiten?

El Partido Conservador —que ha estado dividido por el Brexit— finalmente volcó todo su apoyo a Johnson para salir de la Unión Europea y barrió con los moderados. Según los estrategas de Johnson, el adelantamiento de las elecciones juega con el hartazgo de los electores y su deseo de salir del pantano del Brexit. “Brexit Done” (N de R: cumplamos con el Brexit) es el slogan elegido para la campaña, y la gran apuesta para esta elección. 

“La narrativa conservadora es volver a tomar el control para volver a una Gran Bretaña fuerte, después de un largo declive de su poder. Es cierto el retroceso británico, y esta idea se potenció con el argumento de que si el Reino Unido sale de la UE va a recobrar el poderío y la fortaleza que supo ostentar”, analiza Juan Elman.

El Partido Laborista, bajo la conducción de Jeremy Corbyn, encara las elecciones con un discurso de izquierda dura. Promete recaudar casi 100.000 millones de euros extra con nuevos impuestos, la nacionalización parcial de la empresa British Telecom para ofrecer banda ancha gratuita de Internet a todos los hogares británicos, y la renacionalización de los servicios de ferrocarril y de transporte en autobús, entre otras. 

«Nuestro programa electoral es el más radical y ambicioso de las últimas décadas. La prueba está en la unanimidad que todos los ricos y poderosos han mostrado en su odio hacia mí. Y doy la bienvenida a todo ese odio», proclamaba Corbyn el pasado 21 de noviembre en el acto de lanzamiento de su campaña. 

“Su discurso sigue siendo interesante porque es una preocupación, por ejemplo, el deterioro del sistema público de salud, y ahí Corbyn ofrece una respuesta categórica. Para los que quieren una salida a la austeridad, el discurso de Corbyn es atractivo, el problema que tiene es que no tiene una postura consistente con el Brexit, y su discurso no se ajusta a la narrativa polarizada del Brexit o Bremain”, sostiene Elman.

Corbyn se inició en los años 60´ en manifestaciones contra la guerra en Vietnam. Desde 1983 ocupa un escaño en la Cámara de los Comunes por el Partido Laborista, el cual lidera desde 2015.

El Partido nacionalista escocés SNP tiene, actualmente, 35 bancas y busca aprovechar la gran oportunidad para sumar escaños e impedir el Brexit. Si no lo logran, ya anunciaron que van a impulsar otro referéndum por la independencia de Escocia. 

Los Liberal Demócratas tienen como principal objetivo cancelar el Brexit, una propuesta que muchos tildan de inconstitucional porque iría en contra del mandato de los británicos. 

El Partido del Brexit, liderado por Nigel Farage, aprovecha cualquier intervención pública para arremeter contra el acuerdo de Johnson y proponer un “Brexit Duro”. Quiere salir de la Unión Europea sin acuerdo y como dé lugar. Farage anunció que no van a competir en las 317 circunscripciones en las que ganaron los conservadores para favorecerlos y no dividir el voto pro Brexit. 

“Lo que veo es una declinación de toda la clase dirigente británica. Es una limitación a la representación que los principales partidos sigan siendo los tradicionales. De alguna manera el sistema político británico no ha sufrido los embates de los cambios que vemos en otros países europeos, y en algún momento van a tener que recibir ese impacto”, reflexiona Elsa Llenderrozas.

¿HACIA DÓNDE VA EL REINO UNIDO?

Las encuestas indican que Boris Johnson podría lograr una holgada mayoría en el Parlamento a través de las elecciones, lo que le permitiría sacar adelante su plan del Brexit. La encuesta realizada por YouGov —la consultora que mejor pronosticó los resultados del 2017— otorga a los conservadores un 43% de los votos y 359 escaños. 

“Todo indica que Johnson va a conseguir una mayoría parlamentaria, y si la consigue es muy probable que su proyecto pase y se llegue a otra fase del brexit, que es negociar el tratado comercial de la UE y el UK. Lo que hay que señalar es que la política británica, como la política occidental en general, es cada vez más volátil. Puede haber tanto un escenario de mayoría como también de hung parlament —donde ningún partido consiga la mayoría— y donde nuevamente vuelva el bloqueo político; ese escenario no hay que descartarlo”, afirma Elman. 

 46 millones de británicos son los habilitados a votar el próximo jueves. Como nunca antes, se enfrentan dos visiones opuestas del país, que proponen dos salidas completamente diferentes.

46 millones de británicos son los habilitados a votar el próximo jueves. Como nunca antes, se enfrentan dos visiones opuestas del país, que proponen dos salidas completamente diferentes.

El Partido Laborista estaría al borde de una catástrofe. La encuesta de YouGov le atribuye 211 diputados, 22 menos de los que tienen actualmente, y casi 150 menos escaños que los conservadores. «Para el Partido Laborista es una elección trascendental porque si le va mal, como están indicando las encuestas, sería el fin del liderazgo de Corbyn.  Es un líder mucho más impopular que en los últimos años, e incluso es uno de los líderes más impopulares de las últimas décadas del laborismo por los índices que estamos viendo hoy”, describe Elman. Sin embargo, tampoco hay que sacar conclusiones apresuradas: “Vale recordar que en el 2017 todos pensaban que Corbyn iba a hacer una pésima elección y terminó haciendo una de las mejores elecciones del laborismo en décadas; siempre hay que considerar el factor sorpresa”.

“La situación todavía no se va a solucionar. No veo una perspectiva de salida clara siquiera con la elección porque me parece que el resultado puede ser mucho más parejo de lo que se cree, pero aún sigue por encima Johnson. No me parece que haya una solución inmediata”, agrega Llenderrozas.

“Una sociedad entra en crisis cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer”, decía el teórico marxista Antonio Gramsci. El Reino Unido está paralizado hace más de tres años por la lucha entre lo viejo y lo nuevo. Por lo pronto, el jueves se van a volver a enfrentar en las urnas, ¿habrá un claro vencedor?

POR JUAN PABLO CHIODI

Juan Pablo Chiodi

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