POR CAMILA MIELE
El avance de la tecnología y la llegada de nuevas plataformas modificaron por completo el consumo de la televisión tal como lo conocíamos.
Hace unos años, ¿quién no esperaba a que llegue el horario para ver su novela preferida? ¿Quién no se angustiaba por quedarse con las ganas de volver a mirar el capítulo? ¿Quién no quiso volver a ver el primer beso de su pareja preferida?
Eso ya es historia. No existen más ficciones que midan 40 puntos de rating. Hoy los usuarios ven la novela cuando quieren y donde quieren. En la actualidad, ni bien una novela termina de transmitirse en la televisión, el capítulo entero se sube a YouTube y a la página web del canal.
La ficción no va a morir nunca, pero está cambiando la manera de mirarla. Ya no es desde el sillón, sino desde un celular cuando vas al trabajo o desde la computadora antes de ir a dormir.
En diálogo con Revista Sendero, el periodista y empresario de medios Jorge Fontevecchia rechaza la idea de que la televisión abierta va a desaparecer porque son muchos los que eligen seguir la actualidad a través sus canales y programas de noticias: «Hace una década se suponía que la televisión abierta sería insignificante por la creciente de señales de televisión por cable. Hoy la situación se invirtió: para el 2023 se prevé que va a haber en los hogares estadounidenses tantos cord-cutting (personas que dejan de pagar su suscripción a la televisión por cable para empezar a consumir contenidos a través de la red) como personas que abonen el servicio de cable. Los cord-cutting abonan un servicio OTT (transmisión de audio, vídeo y otros contenidos a través de Internet), como Netflix u otras plataformas on demand para luego seguir la actualidad con televisión abierta y gratuita».
El fenómeno de Netflix
La televisión dejó de ser todo aquello que pasaba únicamente dentro del televisor y asumió otras dimensiones y formas. Son pocas las familias o los grupos de amigos y amigas que se reúnen para mirar un programa frente al aparato ubicado estratégicamente en el living o la cocina. Su consumo tradicional pierde audiencia desde hace años, pero también suma nuevos usuarios en otros formatos, plataformas y redes sociales.
Según un estudio de Business Bureau, una de las principales consultoras de mercados y marketing de las empresas de telecomunicaciones en Sudamérica, Netflix es la plataforma de streaming de series y películas preferida en América Latina: acapara el 65% de los hogares que utilizan Internet para reproducir este tipo de contenido. Frente a estos datos, algunas empresas de telecomunicaciones, como Telecentro, Movistar, Cablevisión, ofrecen dentro de sus catálogos los contenidos de Netflix.
«Netflix es la plataforma de streaming de series y películas preferida en América Latina: acapara el 65% de los hogares».
La competencia en la industria de plataformas online crece cada año a pasos agigantados y el contenido es el principal diferencial para atraer o retener a los usuarios. La empresa que ofrezca contenido de calidad, responda a las demandas de la audiencia y sea creativa será la elegida por los consumidores. El lanzamiento de Disney+, Apple TV+ y HBO MAX ejercen presión en los servicios OTT, pero Netflix continúa siendo lo más elegido.
Los desafíos de la televisión abierta
La ficción comenzó a perder protagonismo en la programación de los canales: entre el 2016 y 2018 pasó de representar el 18% al 14% de los contenidos. Según datos de Carrier y Asociados, el 55% de los usuarios argentinos que accede a YouTube consume contenidos televisivos. En solo ocho años, el rating de la ficción más vista en la televisión abierta argentina se redujo a la mitad: en 2009, la tira diaria Valientes, transmitida por Canal Trece, promedió 29,3 puntos, mientras que en 2018, 100 Días para Enamorarse, ficción emitida por Telefe, alcanzó 15,1. Queda claro que la ficción, frente a la multiplicación de plataformas y servicios, cae más rápido que el resto de los contenidos televisivos.
«En solo ocho años, el rating de la ficción más vista en la televisión abierta argentina se redujo a la mitad».
La televisión abierta tiene una amplia ventaja sobre el streaming y el on demand: domina los eventos en vivo y la primicia: “El streaming y el on demand canibaliza a los cableoperadores y a las señales de cable. La ficción migra a los OTT, pero los canales abiertos pasan a aglutinar el vivo, la actualidad y todo lo que no se puede programar ni prever”, analiza Jorge Fontevecchia junto a Revista Sendero.
Jorge Fontevecchia: «Los canales abiertos pasan a aglutinar el vivo, la actualidad y todo lo que no se puede programar ni prever».
Estamos en tiempos donde las cosas cambian muy rápido, los usuarios son libres y no están dispuestos a obedecer a rajatablas un horario para mirar su programa preferido. La televisión abierta tiene el enorme desafío de adaptarse a las nuevas tecnologías para poder sobrevivir.
Si no lo hace, se quedará en el camino.
POR CAMILA MIELE