CUANDO SER VIOLENTO DA PLACER

POR FRANCISCO BLASON / REVISTA SENDERO

 

La filosofía y los valores del rugby estuvieron en el ojo de la tormenta luego de hechos de violencia protagonizados por rugbiers. La muerte de Fernando Baéz Sosa, luego de una golpiza por parte de diez jugadores y exjugadores del club Arsenal de Zárate a la salida de un boliche de Villa Gesell, fue un tema de cobertura constante en diarios, radios, televisión y redes. De tanta violencia surgen preguntas: ¿Cuánta de esa agresividad proviene del ambiente del rugby? ¿Es una problemática exclusiva de ese deporte?

 

Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Ciro, Lucas y Luciano Pertrossi continúan detenidos en la cárcel de Dolores por el crimen de Fernando Baéz Sosa.  Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi fueron liberados.

 

“Las identidades masculinas, la mayoría, se construyen sobre la base de pruebas. Hay que probarse. Son totalmente inestables. ¿Cómo se pueden probar? Con violencia. Es una buena forma porque se puede construir una jerarquía: puedo pegar y así establezco una estructura de dominación. También se ve mucho en los consumos de bebidas alcohólicas y aquellos que relatan sus conquistas sexuales. Las prácticas violentas establecen a un dominado y un dominante”, cuenta José Garriga en diálogo con Revista Sendero. El antropólogo e investigador del CONICET encuentra las actitudes violentas por parte de los rugbiers como una forma que eligen estas personas para demostrar su “masculinidad”.

 

“Hay un modelo o estereotipo de rugbier que asume una postura violenta a partir del físico o del estilo de deporte que exige que uses la fuerza. Pero usar la fuerza no significa ser violento. Estos chicos son violentos, son asesinos. Tenemos un problema, pero es solo un grupo”, dice a Revista Sendero Caio Varela, presidente de Ciervos Pampas, el primer club de rugby de diversidad sexual de América Latina (creado en 2012). 

 

Bajo el lema ‘Ocupar, resistir y transformar’, los Ciervos Pampas participan del torneo empresarial de la URBA.

 

 

“Desde Ciervos rechazamos ese estereotipo del jugador de rugby. Si te fijás, los jugadores de Jaguares no son el estereotipo en cuestión. Muchos de ellos son ejemplo de los valores más lindos del rugby”, agrega Varela. Desde el único equipo profesional de la Argentina (Jaguares) no se quedaron callados: Gonzalo Quesada, headcoach, manifestó su repudio ante el hecho:“Estoy como toda la sociedad, asqueado por esta sensación, por esta familia que perdió a un chico sano, laburante, que salió a divertirse un rato y le pasó lo que le pasó a esa familia. Terrible. Como todos los argentinos, espero que se haga justicia y que esto sirva para cambiar las cosas”. 

 

Otra voz importante que también se manifestó sobre el incidente fue la de Joaquín Tuculet, fullback del equipo y jugador de larga trayectoria con Jaguares y los Pumas, que se refirió a la autocrítica que se debe hacer el Rugby: “Es un tema delicado. Seguramente nosotros, los que estamos dentro del rugby, tenemos que mirar para adentro. Hay un montón de cosas buenísimas, como la amistad y los valores. Pero es un momento para que nos juntemos y reflexionamos sobre qué cosas estamos haciendo mal. El equipo está muy triste por todo lo que está sucediendo”, aseguró el platense. La Unión Argentina de Rugby tuvo un traspié en su respuesta para con el asesinato de Fernando Baéz Sosa. En su comunicado lamentó el “fallecimiento” en lugar de “asesinato”, descripción que propulsó el repudio en las redes sociales para con la casa madre del deporte en el país.  

 

“Algo anda mal. Son muchos los casos donde chicos que pertenecen al rugby participan de estos hechos, muchas veces en grupo. Ellos se ponen en un rol del machito que puede hacer lo que quiere con la fuerza. También hay un tema de clase y de xenofobia”, reflexiona Caio Varela, la presidenta de Ciervos Pampas. La violencia por clase social no es un componente ausente en este asesinato. 

 

Según un amigo de Fernando, quién lo había tratado de defender y también fue golpeado (por suerte solo sufrió lesiones leves), una vez terminada la golpiza uno de los imputados amenazó a los dos amigos: “A ver si nos volvés a pegar, negro de mierda”. Para explicar mejor, José Garriga reflexiona: “El clasismo en este caso puede tener algo que ver. Es una forma más de legitimar la violencia. Cada grupo social lo que hace es buscar formas diferentes de legitimar sus violencias. Cuando la legitiman deja de ser violencia. La violencia es una particularidad que siempre es definida por otro. La forma de que esas acciones dejen de ser consideradas violentas para ese grupo puede tener algo que ver con la cuestión de clase. Es asignar al otro un lugar en una estructura de dominación”.  

 

Fernando Baéz Sosa tenía 19 años y estaba de vacaciones con sus amigos en Villa Gesell.

 

El caso de Fernando llevó, en el medio de un repudio generalizado por el rugby y sus integrantes, a que desde sus instituciones se replanteen el accionar de los rugbiers. Además, los medios aprovecharon para traer a flote viejos incidentes en los cuales habían participado jugadores del universo de la ovalada. El más resonante, y escalofriante, tanto por su impunidad como su gravedad, fue el asesinato de Ariel Malvino en 2006 en manos de tres rugbiers correntinos. La víctima, quien en ese entonces tenía apenas 21 años, estaba vacacionando en Brasil. Más precisamente en Santa Catarina, en el balneario de Ferrugem. El grupo de correntinos se encontraba en medio de una riña contra un grupo de brasileños (según un testigo) en frente del boliche Bali. Alrededor de la pelea había otros integrantes, entre estos Malvino, que se metió a separar y en ese momento recibió una piña por parte de uno de los correntinos que lo dejó en el piso. El “Tiro de gracia” lo habría dado Eduardo Braun Billinghurst al tirarle una piedra en la cara a Malvino. Carlos Andrés Gallino Yanzi y Horacio Antonio Pozo fueron acusados por lesiones corporales con resultado de muerte, mientras que Braun Billinghurst por tentativa de homicidio agravado. El trío partió hacía su Corrientes natal inmediatamente luego del asesinato. Después de 14 años, y de agotar todo tipo de instancias de apelación, las condiciones están dadas para que haya fecha de inicio del juicio. Según Carlos Schaefer, fiscal General de Corrientes, fue necesaria una articulación diplomática entre Argentina y Brasil. Una explicación vaga para justificar la lentitud del proceso.

 

Se cumplen 14 años del asesinato de Ariel Malvino en Ferrugem.

 

 

Ambos casos no tienen resolución penal, pero sí ya tienen una fuerte condena social. En el caso de Malvino, existe un grupo de facebook que está activamente reclamando justicia y como respuesta al crimen de Fernando, sus padres convocaron una marcha el 18 de febrero que recibió mucha difusión. “Se movió el límite de lo legítimo y por eso la sociedad y los medios reflexionan”, explica José Garriga. 

 

La UAR implementará el “Programa contra la violencia en el rugby”, que tiene como objetivo erradicar las conductas violentas en todas sus formas dentro del deporte y sus ámbitos de influencia. Se abordará en casos de violencia, violencia de género, abusos, bullyng y discriminación, a través de charlas para jugadores, entrenadores, dirigentes, árbitros, asistentes, colaboradores, padres y toda la comunidad del rugby en general. Los cursos serán obligatorios y la UAR elaborará un código de conducta modelo que hará un tratamiento específico de la problemática. Asimismo, formarán convenios con instituciones especializadas para el trabajo articulado con organismos del sector público y ONGs.

 

El organismo que también tomó cartas en el asunto fue el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad que propuso programas de formación con acento en la igualdad de género, y en la resolución negociada y no violenta de conflictos. “Esta sociedad convive todavía con la formación de jóvenes que son socializados en la naturalización de la crueldad. En ritos de iniciación violentos, abusivos, que les ratifica pertenencia e identidad de ‘machos’. Con la fuerza física contra las mujeres, pero también contra sus pares que consideran inferiores” explicó la ministra Elizabeth Gómez Alcorta. “Esas formas de violencias entran en la lógica de una forma de violencia que busca la aceptación de los pares. Son prácticas violentas que están regidas por valores morales. Entonces uno actúa en función a donde quiere pertenecer. No es acto de rebeldía, es buscar ser parte de un grupo”, agrega José Garriga y además explica que “La violencia (también) está vinculada al placer. Nos cuesta mucho asociarla con el placer porque es mala para nosotros. Pero para el grupo que la legítima, no la clasifica como mala y puede estar asociada al placer”.  

 

 

A través de posteos en sus redes sociales, el ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad planteó redefinir la concepción de “Masculinidad”.

 

¿Es un problema exclusivo del rugby o de la sociedad? ¿Serán efectivas las medidas que se propusieron? ¿Siempre existió este nivel de violencia? Hay mucho por responder, pero hay algo que está claro: se necesita un cambio urgente para atender una problemática que cada vez se torna más peligrosa. “Todos los grupos sociales cometen actos de violencia. No es solamente de los rugbiers. Me parece que el mundo del rugby en algunas dimensiones institucionaliza estas pruebas masculinas. Eso es lo malo a diferencia de otros lados, donde también hay violencia”, concluye el investigador del CONICET José Garriga.

 

POR FRANCISCO BLASON / REVISTA SENDERO

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